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Bodegas

Te presento Bodegas José L. Ferrer: un referente del vino de Mallorca

En el corazón de Mallorca, entre viñedos milenarios y calles de piedra viva, se alza una bodega que no solo produce vino, sino que embotella historia, identidad y pasión.

Publicado por:
Ana Gómez González

Fundada en 1931 en Binissalem, esta bodega familiar es hoy un símbolo de la perfecta armonía entre tradición e innovación.

Un legado familiar desde 1931

José L. Ferrer tenía apenas 28 años cuando fundó la bodega con una visión revolucionaria para su tiempo. Bajo el nombre original de Vinícola de Binissalem, Ferrer fue pionero en introducir nuevas técnicas de cultivo y vinificación en Mallorca. Su enfoque innovador incluyó el uso de barricas de roble para la crianza, la elaboración de vinos blancos con variedades autóctonas y la exportación de vinos a Europa y Estados Unidos. Hoy, cuatro generaciones después, la familia sigue al frente de la bodega, guiada por José L. Roses, nieto del fundador, junto a sus hijos María y Pepe.

Un recorrido por la historia de la bodega

Visitar las Bodegas José L. Ferrer es hacer un viaje por la historia vitivinícola de Mallorca. La bodega está dividida en cuatro zonas que reflejan su evolución a lo largo de casi un siglo.

La Bodega Original de 1931: construida por el propio Ferrer, esta zona conserva los depósitos de cemento de 15.000 litros, todavía en uso para fermentación y almacenamiento. La cava de esta época es el santuario donde envejecen los vinos de mayor formato.

La Ampliación de 1960: con depósitos de cemento de 30.000 litros y espacio adicional para barricas, esta zona refleja la primera gran expansión de la bodega.

La Modernización de 1995: una apuesta por la tecnología con tolvas y depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. Aquí se encuentran dos cavas subterráneas con capacidad para 2.000 barricas.

Veritas (2016): la más moderna, diseñada por la cuarta generación. Con depósitos pequeños de acero inoxidable, tinas de madera, spin barrels y equipos para el removido de espumosos, esta zona está dedicada a vinos de alta gama y microelaboraciones.

Viñedos propios y base científica

Para Ferrer, el secreto de un gran vino está en la uva. Por eso, la bodega cuida 140 hectáreas de viñedos propios y colabora estrechamente con proveedores locales. Desde 2015, llevan a cabo un proyecto de I+D+i junto a la Universidad de las Islas Baleares, Verdtech y el CDTI. El objetivo: conocer a fondo las variedades autóctonas y optimizar el manejo del viñedo (riego, poda, deshojado, aclareo) mediante diagnósticos precisos.

Los viñedos se extienden por Binissalem, Consell y Sencelles, dentro de la Denominación de Origen Binissalem. La ubicación central en la isla, protegida por la Sierra de Tramuntana, garantiza un microclima mediterráneo óptimo para la vid: veranos secos y calurosos, inviernos cortos, suelos calizos ricos en hierro y altitudes alrededor de los 130 metros.

Variedades de Uva: Tradición y Diversidad

La bodega cultiva 15 variedades de uva:

Tintas autóctonas: Mantonegro, Callet, Gorgollasa

Tintas foráneas: Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Syrah, Merlot, Monastrell

Blancas autóctonas: Moll, Giró Ros

Blancas foráneas: Chardonnay, Parellada, Macabeo, Moscatel, Moscatel de grano menudo

Esta diversidad permite a la bodega crear vinos que expresan la identidad de Mallorca sin renunciar a las posibilidades que ofrecen variedades internacionales.

Las lineas de vinos

Bodegas José L. Ferrer ofrece gamas de vino diferentes, cada una con una personalidad propia:

José L. Ferrer: la línea más clásica y emblemática. Cinco vinos que son el alma de Mallorca embotellada, elaborados desde 1931 con variedades autóctonas y métodos tradicionales.

Veritas: nacida hace 15 años, esta gama representa la innovación y la búsqueda de la excelencia. Vinos pensados para los paladares exigentes, con una selección rigurosa de uva y barrica.

Pedra de Binissalem: vinos ecológicos inspirados en la piedra típica de la zona. Autenticidad y respeto por el entorno en cada copa.

Ferreret: un guiño a las nuevas generaciones. Esta gama joven y desenfadada utiliza variedades autóctonas en vinos monovarietales, frescos y vibrantes. Su nombre rinde homenaje a un pequeño anfibio endémico de Mallorca.

Su visión

La filosofía de Bodegas José L. Ferrer se basa en el equilibrio. Equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo, entre tecnología y tradición, entre respeto por la tierra y ambición por mejorar. La introducción de herramientas como el control de temperatura, los spin barrels o la mecanización del removido de espumosos no ha borrado el alma artesanal de la bodega. Al contrario, la ha potenciado.

Cada botella que sale de sus instalaciones lleva consigo el carácter de la tierra mallorquina, el esfuerzo de varias generaciones y la convicción de que el buen vino comienza en la viña, pero se consagra en la bodega.

Visitar la bodega

Bodegas José L. Ferrer ofrece visitas guiadas que permiten conocer su historia, instalaciones y procesos de elaboración. Recorrer sus cavas, tocar los muros originales de 1931 y degustar vinos entre barricas es una experiencia sensorial completa. Es una inmersión en la cultura del vino mallorquín y en la pasión de una familia que vive para transmitirla.