Aunque en casi todos los barrios puedes encontrar sitios buenos, hay zonas donde tapear es prácticamente obligatorio. Aquí te dejo los barrios y mercados donde hacerlo bien. Desde los más castizos a los más alternativos, pasando por mercados gourmet y rincones inesperados.
1. La Latina: el templo del tapeo castizo
Si hay un barrio sinónimo de tapas en Madrid, ese es La Latina. Su calle más famosa, la Cava Baja, es un desfile de tabernas, bares y mesones donde es fácil perderse (y querer quedarse). Aquí nació el verbo “latinear”, que describe la costumbre local de subir y bajar por estas calles probando una tapa aquí y otra allá.
Los domingos, tras El Rastro, es cuando está más animado, pero cualquier día es bueno para probar clásicos como los callos, las croquetas o unas buenas bravas.
2. Lavapiés: mezcla de culturas, mezcla de sabores
Lavapiés ha pasado de ser un barrio obrero y popular a uno de los centros gastronómicos más eclécticos de Madrid. Las tapas tradicionales españolas conviven con propuestas indias, magrebíes y latinoamericanas. Aquí puedes pasar de una ración de tortilla a un curry sin salir de la misma calle.
Además, en otoño se celebra Tapapiés, un festival multicultural con tapas creativas, conciertos en la calle y ambiente inmejorable.
3. Barrio de las Letras: historia y buen comer
Caminando por las calles de Huertas, León o Santa Ana puedes pasar del Siglo de Oro al siglo XXI en una sola tapa. En este barrio literario, frecuentado por visitantes del Prado o el Teatro Español, hay una mezcla de tabernas centenarias y propuestas más modernas.
Cervecerías, vinotecas y fondas tradicionales hacen de este rincón uno de los más completos para el tapeo diurno y nocturno.
4. Ibiza: el after-Retiro perfecto
Después de pasear por El Retiro, muchos madrileños se acercan al barrio de Ibiza para comer bien y sin pretensiones. Aquí se mezclan mesones clásicos con vinotecas modernas y gastrobares en calles como Doctor Castelo, Menéndez Pelayo o Narváez.
Hay ambiente durante todo el día, y los fines de semana puede ser difícil encontrar sitio sin reservar. Pero vale la pena.

5. Chamberí: la evolución del tapeo en Ponzano
Ponzano es a Chamberí lo que la Cava Baja a La Latina. Esta calle se ha convertido en un fenómeno con nombre propio: “ponzaning”. Aquí la tapa se sofistica, con bares que apuestan por productos de calidad y cocina creativa.
En la Plaza de Olavide, sin embargo, la cosa es más relajada, con terrazas familiares ideales para el aperitivo. También merece una visita la zona de Zurbano, para quienes buscan algo más exclusivo.
6. Chueca, Malasaña y Conde Duque: tapas con actitud
Estos barrios, conocidos por su vida nocturna, también son para comérselos. En calles como Libertad, Pez o San Vicente Ferrer abundan las tascas modernas, bares de autor y pequeñas pizzerías o vermuterías con mucha personalidad.
La Plaza del Dos de Mayo y la de las Comendadoras son buenos puntos de encuentro, con opciones informales para todos los gustos y bolsillos.
7. Ventas y El Carmen: bares con historia
Más allá del turismo, hay zonas de tapeo local con sabor auténtico. Una de ellas es el eje de la calle Alcalá a partir de Manuel Becerra, especialmente cerca de Las Ventas. Aquí se encuentran bares de toda la vida frecuentados por vecinos y taurinos.

No hay postureo: hay oreja, morros, bravas, vermú y cerveza bien tirada.
8. Vallecas: cocina popular y contundente
En la avenida de la Albufera, en pleno corazón de Vallecas, el tapeo tiene sabor a barrio. Aquí puedes encontrar cocido madrileño, caracoles, torreznos o gallinejas en bares que llevan décadas sirviendo a los mismos vecinos.
Perfecto si buscas una experiencia auténtica, sin artificios, donde lo importante es lo que hay en el plato.
9. Usera: tapas que dan la vuelta al mundo
Usera es uno de los barrios más multiculturales de Madrid y eso se nota en su oferta gastronómica. Desde hace años se ha consolidado como la “Chinatown” madrileña, con algunos de los mejores restaurantes chinos de la ciudad, pero también hay sabores latinos, coreanos, vietnamitas…
No es una zona de tapeo tradicional, pero sí de pequeños locales donde puedes probar cosas nuevas a precios ajustados.
10. Carabanchel: tradición y tasca castiza
Subiendo por la ribera sur del Manzanares se llega a uno de los distritos más castizos. Aquí se conservan tabernas con cocina de temporada, raciones generosas y especialidades como la famosa “oreja en pan de sándwich” de La Casa de los Minutejos.
Un barrio que sigue fiel a sus raíces y donde comer sigue siendo una cuestión de generosidad.
11. El Pardo: tapeo en plena naturaleza
A solo unos minutos de Madrid y rodeado de uno de los bosques mediterráneos mejor conservados, El Pardo es ideal para una escapada gastronómica. Sus bares y restaurantes destacan por los platos de caza en temporada (jabalí, gamo...), y las terrazas de verano lo llenan de vida.
Más de cuarenta bares se reparten por sus calles: aquí la tapa es tranquila, pero sabrosa.
12. Los mercados: donde el tapeo se reinventa
En los últimos años, muchos mercados de abastos han incorporado barras y puestos gourmet, convirtiéndose en verdaderos templos del tapeo. Algunos imprescindibles:
Mercado de San Miguel (junto a Plaza Mayor): productos gourmet y ambiente cosmopolita.
Mercado de San Antón (Chueca): tapas modernas, restaurante en la azotea.
Mercado de San Fernando (Lavapiés): tapeo informal entre puestos tradicionales.
Mercado de Vallehermoso (Chamberí): mezcla de compra de producto fresco y tapeo de calidad.
Mercado de Antón Martín: fusión entre la tradición y lo internacional, muy cerca del Cine Doré.
Mercado de Barceló: diseño moderno y buena zona de restauración.
Food Hall Galería Canalejas: lujo gastronómico junto a Sol, con propuestas de todo el mundo.