Frente al mar, con una energía que invita a parar el tiempo, este restaurante se ha convertido en un refugio para quienes buscan una experiencia culinaria que va más allá del plato. Detrás del concepto está una historia de vida marcada por el viaje, el mestizaje cultural y una sensibilidad especial hacia los sabores y los detalles.
Hablamos con su creador, Federiko, que nos cuenta cómo nació este proyecto, qué lo hace tan especial y por qué cada plato que sale de su cocina lleva algo más que ingredientes.
1. Cuéntame un poco sobre ti y tu trayectoria.
Cuando tenía 9 años, mi madre nos llevó a mis dos hermanas y a mí desde San Sebastián a Alemania. Allí tuvimos que adaptarnos a una nueva cultura y aprender otro idioma desde cero. Esa experiencia me marcó profundamente y me convirtió en una persona cosmopolita, en el sentido más amplio de la palabra.
2. El Blue Tamarindo tiene una vibra muy especial, como si el tiempo se detuviera frente al mar. ¿Cómo nació este proyecto?
Conocí el restaurante que hoy es Blue Tamarindo cuando colaboraba con su copropietaria, Zaloa Velle Pavón. Desde el principio, sentí una conexión muy fuerte con el lugar. Fue a través de esa energía tan especial, y la paz que transmite la naturaleza y el mar, que comenzó a tomar forma el concepto.
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3. ¿Qué tipo de cocina preparáis? ¿Ha evolucionado desde que abristeis por primera vez?
La propuesta culinaria fue pensada desde el inicio, pero ha ido creciendo y puliéndose con el tiempo, gracias también a las sugerencias de nuestros clientes. Aprendemos cada día. La buena cocina ya venía conmigo: en San Sebastián, crecí rodeado de sabores y un respeto profundo por la gastronomía. El paladar vasco se forma desde la cuna.

4. ¿Cómo influye ese entorno natural en tu cocina y en la experiencia que ofreces a los comensales?
Nuestro chef, Hugo, tiene una conexión muy fuerte con la naturaleza. Ha recolectado ajos silvestres, hinojo y otras hierbas de la zona para encurtir o marinar, creando sabores nuevos, frescos y equilibrados. Su paso por un restaurante con estrella Michelin también ha aportado una técnica y una sensibilidad únicas. Todo eso se refleja en cada plato.
5. ¿Qué platos dirías que definen la esencia de Blue Tamarindo? ¿Tienes algún producto estrella que sea imperdible para quien viene por primera vez?
Me cuesta elegir porque todos los platos son como hijos para mí. Pero si tengo que destacar algo, los espaguetis “Tres Mares” suelen sorprender mucho. Los pescados frescos son firmes y sabrosos, las carnes, de altísima calidad. Las sugerencias del día siempre llegan llenas de color, creatividad y cariño. Y ese toque asiático en algunas fusiones redondea la experiencia. Yo soy su padre… y Hugo es quien los interpreta. ¿Qué más puedo decir?
6. ¿Trabajáis con productos locales o de temporada? ¿Qué papel juega el producto fresco en tu cocina?
Siempre buscamos lo mejor. Mallorca es un paraíso gastronómico: tiene unas verduras espectaculares, pescado fresco increíble y carnes excepcionales. Elegir lo mejor no es fácil entre tanta abundancia, así que selecciono lo que yo disfrutaría como comensal. Esa es la medida.

7. ¿Cuál ha sido el cumplido o comentario de un cliente que más te ha emocionado o que más recuerdas?
Una vez nos dijeron: “Una joya especial en Mallorca para los cinco sentidos. Y si existiera un sexto, también sería Blue Tamarindo.” Ese comentario se me quedó grabado. Porque resume exactamente lo que queremos transmitir.